Un día como hoy, 5 de abril pero del año 1908, nació en Salzburgo, Austria; Herbert Von Karajan, uno de los más destacados directores de orquesta del periodo de la posguerra.
La importancia de su vida artística radica entre otros logros, por haber dirigido durante 35 años, a la orquesta filarmónica de Berlín, con la que realizó más de 900 grabaciones y vendió más de 300 millones de discos en todo el mundo.
Herbert von Karajan fue hijo de una familia de la alta burguesía de ancestros armenios, quienes le inculcaron la música desde muy pequeño y así fue como se volvió clarinetista y pianista, dando sus primeros pasos en el prestigioso Mozarteum entre 1916 y 1926 y debutó como director de una orquesta de estudiantes en 1928.
En 1929, debut oficialmente dirigiendo Salomé en el Festspielhaus de Salzburgo, y entre 1929 y 1934, Karajan hizo su debut en el festival de Salzburgo con la Walpur Gisnacht Scene en una producción de Fausto de Max Reinhardt y al año siguiente, dirigió la Orquesta Filarmónica de Viena por primera vez.
La pertenencia de Karajan al partido Nazi y su notoria vinculación con las fuerzas hitlerianas entre 1933 y 1945, lo puso en una situación crítica después de la Segunda Guerra Mundial ya que mientras que sus críticos esgrimían que se unió a los nazis solo para seguir avanzando en su carrera, sus partidarios dijeron que otros grandes directores como Bruno Walter y Arturo Toscanini escaparon de la Europa fascista por su cuenta propia.
Reconocido o detestado y siempre polémico, si hay un músico que represente mejor que nadie la dirección orquestal durante el siglo 20, fue Karajan; ya que por un lado su carisma, su forma apasionada de acercarse a la música, y su capacidad única para arrancar las más brillantes sonoridades a la orquesta, lo hicieron grande entre los defensores e intérpretes del clasicismo, lo que hizo nacer incluso la corriente denominada “el sonido Karajan”.
Fue la batuta más popular y aclamada de todo un siglo y también en una de las más denostadas por su inclinación nazi y por su afán megalómano, lo que le hizo cerrar el paso a las nuevas corrientes musicales de su tiempo.
Sin embargo se le recuerda y se le recordará siempre por su magnificas interpretaciones de las grandes obras de Strauss, Beethoven y Chaitkovski , entre otros grandes clásicos.
Karajan murió en su casa en Anif, Austria, el 16 de julio de 1989 a los 81 años de edad.
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