Lunes 5 de agosto de 2024…un día como este, pero de 1930, vio la primera luz un niño que cumplidos los 39, se convertiría en el primer ser humano en pisar suelo lunar: Neil Armstrong.
Nacido en Wakaponeta, Ohio, Neil desarrolló gran interés en volar desde niño cuando su padre lo llevó a las Carreras Aéreas de Ohio. Su interés se intensificó a los seis años cuando realizó su primer vuelo en un aeroplano Ford Tri-Motor, como lo llamaban informalmente y desde ese momento, tuvo una gran fascinación por la aviación.
A los 15 años, Armstrong tomó lecciones de vuelo en un aeropuerto al norte de Wapakoneta, donde trabajó de lo que podía para pagar las lecciones. A los 16 ya era estudiante de piloto y recibió la licencia antes de graduarse de la Secundaria Blume en 1947. Tan pronto Neil se graduó de la secundaria recibió una beca de la Marina de los Estados Unidos, se inscribió en la Universidad Purdue y comenzó sus estudios de ingeniería aeronáutica. En 1949 la Marina lo llamó a sus deberes militares, se convirtió en aviador y en 1950 fue enviado a la guerra de Corea.
Después de reunir suficiente experiencia en la Marina, en 1952 Armstrong se unió al Comité Consultivo Nacional. Y su primera tarea la desarrolló en el Centro de Investigaciones Lewis, cerca de Cleveland. En los siguientes 17 años trabajó de ingeniero, piloto de pruebas, astronauta y administrador de la NACA y su agencia sucesora, la NASA.
Hacia mediados de la década de 1950, Armstrong se trasladó al Centro de Vuelos Edwards de la NASA en California, donde se convirtió en piloto de investigaciones en aeronaves de gran velocidad, incluyendo el conocido X-15 que alcanzaba una velocidad de más de 6300 kilómetros por hora y voló en más de 200 modelos diferentes de aviones, incluyendo aviones de reacción, cohetes, helicópteros y planeadores.
Neil obtuvo una plaza de astronauta en 1962 y se mudó a El Lago, Texas, cerca del Centro de Vuelos Espaciales de Houston, para comenzar con su instrucción. Allí fue sometido a cuatro años de duro entrenamiento para que el programa Apolo lograra la meta de llevar al primer hombre a la Luna antes de que finalizara la década, tal y como había prometido en 1961 el presidente John Fitzgerald Kennedy.
El 16 de marzo de 1966 voló en su primera misión espacial como comandante de Gemini 8. Armstrong condujo la Gemini 8 a un exitoso acoplamiento con el Agena que ya estaba en órbita. A pesar de que el acoplamiento fue perfecto, las dos naves empezaron a realizar un movimiento de cabeceo y giro rápidamente, por lo que Armstrong tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en el Océano Pacífico.
Como comandante de Apolo 11, la primera misión tripulada a la Luna con la intención de alunizar. El 16 de julio de 1969, Armstrong, Michael Collins, y Edwin E. Aldrin comenzaron su viaje. Armstrong pilotó el módulo lunar y logró aterrizar sobre la superficie satelital. A las 2:56:20 Hora Universal, del 21 de julio, Neil Armstrong pisó la Luna y pronunció su famosa frase: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
Aldrin y Armstrong estuvieron dos horas y media caminando sobre la Luna, recogiendo muestras, haciendo experimentos y tomando fotografías. El 24 de julio de 1969, la tripulación amarizó en el Océano Pacífico Ninguno volvería a volar al espacio.
Los astronautas de Apolo 11 fueron objeto de un desfile en Nueva York y Arrmstrong recibió la Medalla de la Libertad, la más importante ofrecida a un civil de los Estados Unidos. Dejó la NASA y fue profesor en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati de 1971 a 1979. De 1982 a 1992, fue presidente del Computing Technologies for Aviation en Virginia, y se convirtió en presidente de la junta directiva de AIL Systems, Inc., una compañía de sistemas electrónicos en Deer Park, Nueva York.
El 7 de agosto de 2012, Armstrong, días después de cumplir 82 años, se sometió a cirugía de bypass para aliviar arterias coronarias bloqueadas, y murió el 25 de agosto de ese año en un hospital en Columbus, Ohio, por complicaciones tras la cirugía.
El presidente Obama publicó una declaración sobre la muerte de Armstrong lo colocó "Entre los más grandes héroes americanos, no sólo de su tiempo, sino de todos los tiempos".
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