El alcalde de Nagasaki, Suzuki Shiro, no dio marcha atrás en su decisión de no invitar al embajador de Israel en Japón a la ceremonia anual de paz en el aniversario del bombardeo atómico de Estados Unidos de la ciudad.
Suzuki ratificó que no se trataba de una decisión política, sino de un intento de realizar la ceremonia del 9 de agosto sin contratiempos para honrar la memoria de las víctimas de la bomba atómica en una atmósfera apacible y solemne
Suzuki salió a los medios después de que se difundiera la noticia de que los embajadores de Estados Unidos y de países europeos en Japón le habían enviado una misiva en julio donde expresaban su preocupación por la decisión de Nagasaki.
Cuestionado sobre a qué se refería cuando dijo: “celebrar la ceremonia sin contratiempos para honrar la memoria de las víctimas de la bomba atómica en una atmósfera apacible y solemne”, el alcalde dijo que el 9 de agosto es el día más importante del año para la ciudad de Nagasaki.
Agregó que la edad promedio de los supervivientes del bombardeo atómico supera los 85 años y que algunos de ellos asisten a la ceremonia pese al intenso calor.
Dijo que “después de considerar el asunto de manera exhaustiva, incluyendo el riesgo de que surja una situación inesperada, tomé la decisión de no invitar al embajador israelí”.
Las sedes diplomáticas de Estados Unidos, Reino Unido y otros países anunciaron que sus embajadores no asistirían el viernes a la ceremonia de paz en Nagasaki debido a la decisión de la ciudad de no invitar al embajador de Israel.
Suzuki dijo a los periodistas que le parecía decepcionante, pero expresó su esperanza de que asistan a la ceremonia en los próximos años. Aseguró que son países importantes para Nagasaki y Japón y desea aprovechar toda oportunidad para hablar con ellos y promover una comprensión correcta de las verdaderas intenciones de Nagasaki.
El portavoz del departamento de estado norteamericano, Matthew Miller, expresó que era importante que se invitara al representante israelí, como se había hecho con el resto de los embajadores, y que no se debería haber excluido a ningún país en concreto.
Añadió que esa fue probablemente la razón por la que el embajador tomó la decisión de no acudir a Nagasaki.
Miller también se refirió a la presencia del embajador estadounidense en la ceremonia del martes en Hiroshima, y señaló que la postura de los Estados Unidos sobre los actos conmemorativos de los bombardeos atómicos y el respeto por Japón en relación con dichos acontecimientos es algo “bien documentado”.
Finalizó diciendo, que “va más allá, mucho más allá de que el embajador no haya asistido a un acto”.
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