La brutal ofensiva de los militares israelíes contra sus vecinos de Gaza y el Líbano no solo ha desestabilizado sino también ocasionado desplazamientos históricos de civiles que dejan sus hogares y patrimonio para huir de las agresiones hebreas.
En Gaza, más de un millón de asediados civiles han sido obligados a moverse lo mismo al norte que al sur, que al este o al oeste, refugios y albergues, lo que no ha evitado que sean víctimas de los ataques del ejército hebreo con saldo de miles de víctimas.
Ahora, en el Líbano, el primer ministro libanés, Najib Mikati. asegura que cerca de un millón de personas han abandonado sus hogares en los últimos días en el país, debido a la campaña de ataques sin precedentes que Israel mantiene contra el sur y este del país, así comoen suburbios de la capital, Beirut.
El premier expuso en conferencia de medios que "el número es grande, se estima que un millón de personas se vieron obligadas a moverse de un lugar a otro lugar durante los últimos días. Es considerada la mayor operación de desplazamiento en Líbano en toda la historia".
Se trata de la sexta parte de la población total del país, y el funcionario señaló al término de una reunión de emergencia del gabinete, que "la gestión de este desplazamiento no solo depende de encontrar refugio y comida a estas personas, sino que hay otras cosas como garantizar un servicio sanitario en estos centros de acogida para evitar la propagación de enfermedades o el problema de la acumulación de basura".
Mikati ordenó eliminar los impuestos a las donaciones desde el extranjero, para que sean entregadas directamente al Estado, con el objetivo de establecer una administración más eficiente de la ayuda.
El dirigente libanés dijo que ha recibido muestras de apoyo en las reuniones que sostuvo en la sede de la ONU con los "amigos del Líbano", que demandaron el fin de la agresión israelí, la cual sigue siendo solapada y justificada por Estados Unidos.
El primer ministro añadió que "desgraciadamente, la ley de la selva que controla el mundo condujo a que el enemigo israelí paralizara todos los intentos de lograr un alto el fuego y continuó su guerra contra el Líbano"
Mencionó que el Líbano tiene como única opción la diplomacia, y sostuvo que desde el inicio "hemos pedido la aplicación completa de la resolución 1701, y el Gobierno se compromete a ello. Si se prolonga la guerra al final volveremos a la resolución 1701”, en referencia a una resolución de agosto de 2006 que exigía el fin de las hostilidades entre Israel y Hezbolá.
Concluyó diciendo que "el Líbano tiene fe en la comunidad internacional, en la legitimidad internacional y en la ONU, y no cree en la ley del más fuerte".
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