Hace ya 45 años, un 22 de agosto como el de hoy, que la guerrilla sandinista tomó en 1978 el Palacio Nacional de Managua, tomando como rehenes a cientos de personas, en lo que para muchos, fue el principio del fin de la dictadura somocista
El histórico año de 1978 comenzó para Nicaragua con el asesinato del director del periódico La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro, atribuido al régimen porque Chamorro era un conocido opositor del somocismo, iniciando las protestas entre la clase media y empresarial en un país saqueado por la familia Somoza y sus cómplices a lo largo del siglo 20. Era Anastacio el dictador en turno.
El 22 de agosto, un comando del Frente Sandinista de Liberación Nacional tomó el Palacio Nacional del Congreso en medio de una sesión conjunta reteniendo a diputados, senadores y personal que se encontraba en el edificio en un operativo encabezado por Edén Pastora, el comandante "cero": Ante ello, el dictador Somoza terminaría por aceptar las demandas del Frente, luego de 3 días de secuestro.
Ese 22 de agosto de 1978, el Palacio Nacional se erigía majestuoso en una Managua que 6 años antes había sufrido un devastador terremoto. Dentro del Salón Azul se llevaba a cabo la última sesión de la Cámara de Diputados antes de las vacaciones de medio año, y poco después del mediodía, se escuchó un intercambio de disparos y hombres armados vestidos con uniformes de la temida Escuela de Entrenamiento de Infantería, élite de la Guardia Nacional, entraron por dos costados del edificio, cerrando las puertas de acceso.
En segundos todo pasó a control del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que tomó cautivas a unas 3 mil personas que por 72 horas serían testigos y protagonistas de uno de los hechos más importantes de la historia de Nicaragua
Quienes estaban en Palacio pensaron que era un golpe de Estado de la Guardia Nacional contra Somoza, pero cuando los guerrilleros se colocaron los pañuelos rojinegros de la guerrilla, el temor invadió el recinto. Frente a los diputados, apareció un hombre de mediana edad, fusil en mano. Era Edén Pastora, que desde 1959 estaba en la lucha guerrillera contra los Somoza. Su mote de “Comandante Cero” se hizo famoso en todo el mundo y tenía a su cargo 25 jóvenes guerrilleros miembros del comando "Rigoberto López Pérez".
Pastora dio a conocer las exigencias: liberación de los presos políticos, 10 millones de dólares, la publicación en la prensa nacional de un manifiesto del Frente y medios de transporte necesarios para que el comando y los rehenes puedan salir del país. En caso de que Somoza no cumpliera estas peticiones, mataría a los rehenes. Los mediadores, entre ellos el Cardenal Miguel Obando obispo de Managua, no obtenían respuestas de Somoza, por lo que Pastora analizó iniciar las ejecuciones suponiendo un posible ataque de la Guardia Nacional, por lo que informó al obispo Obando y Bravo la decisión tomada, dando al dictador 30 minutos para aceptar las condiciones.
Somoza cedió.
Guerrilleros y rehenes avanzaron en 2 autobuses al aeropuerto de la capital en medio de miles de personas festejando al paso del convoy con vivas y consignas sandinistas. Al abordar las dos aeronaves que les llevarían a Panamá, los guerrilleros celebraron la derrota del dictador, que meses después abandonaría el país.
A 45 años de este acontecimiento, el sandinismo es solo un sueño perdido para muchos seguidores de Sandino y el sandinismo, ideal manipulado, aprovechado y destruido por el actual gobierno “sandinista” de Daniel Ortega, uno de los autores de la toma del palacio nacional de managua…en 1978
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