La situación en los alrededores de Jersón es “dramática” luego de las inundaciones por la ruptura de la presa de Nova Kakhovka, advirtió la coordinadora humanitaria de la ONU tras visitar la zona, mientras las agencias siguen pidiendo a Rusia que permita acceder a los territorios ocupados.
Las inundaciones han seguido empeorando en los últimos días, según la máxima responsable de la ONU en Ucrania, Denise Brown, en declaraciones a los periodistas desde Bilozerka, localidad a orillas del río Dnipro, a unos 20 kilómetros al oeste de Jerson, en la zona que controla el gobierno ucraniano.
"La situación es dramática. Se trata de un pueblo que está a 5 kilómetros de la línea del frente con bombardeos diarios incluido el de ayer, y ahora, debido a la destrucción del puente, que ya saben que es resultado de la guerra, hay inundaciones que llegaron en mitad de la noche, y llegaron muy rápido, muy deprisa, y a la gente la cogieron totalmente por sorpresa", dijo Brown.
Jeremy Laurence, portavoz de la oficina de derechos humanos dijo que la ONU todavía no puede establecer si lo ocurrido es un crimen de guerra.
“Ya que las circunstancias del incidente siguen sin estar claras, es prematuro examinar si se había cometido un crimen de guerra. Reiteramos nuestro llamamiento para que se llevara a cabo una investigación independiente, imparcial, exhaustiva y transparente”, dijo.
Laurence volvió a pedir a Rusia que permita entrar ayuda a los territorios que ocupados.
“Hemos pedido repetidamente a Rusia acceso a los territorios ocupados y Rusia nos ha denegado este acceso. No sólo los observadores de la oficina, sino los agentes humanitarios no pueden entrar en los territorios ocupados. Reiteramos el llamamiento más amplio de la ONU a la Federación Rusa para que permita el acceso a los territorios ocupados, para asistir a los que han sufrido la catástrofe humanitaria causada por la destrucción de la presa de Karkhovka.
Un ataque deliberado a infraestructuras civiles puede ser considerado por la ley internacional un crimen de guerra, y misiones de investigación de Naciones Unidas para Ucrania ya han acusado previamente a los invasores rusos de este tipo de violaciones de derechos humanos a lo largo de más de 15 meses de guerra.
Rusia ha negado cualquier responsabilidad y acusa a “las autoridades de Kiev” de destruir la presa.
Ucrania, por su parte, asegura que la voladura de la presa con explosivos sólo podía llevarse a cabo desde el interior de la infraestructura, a la que sólo tienen acceso las fuerzas de ocupación rusas.
El último balance ofrecido por Ucrania es de al menos 4 muertos, 13 desaparecidos y más de 2 mil evacuados en la en la parte de la región de Jersón controlada por Ucrania, como consecuencia de las inundaciones provocadas por la destrucción de la presa.
El desbordamiento también ha anegado 48 localidades y más de 3.625 casas.
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