Doble rasero: justifica Biden muerte de líder de Hezbolá por asesino

Seguramente los dirigentes de Israel son diferentes al asesinado lider de Hezbolá aunque en los 2 casos se trata de criminales de guerra...

Para el presidente estadounidense Joe Biden, el asesinato del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un bombardeo del ejército israelí en Beirut es "una medida de justicia por sus numerosas víctimas, entre ellas miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses".

En un comunicado, Biden, dijo que su gobierno "apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse contra el Hezbolá, Hamás, los hutíes y cualquier otro grupo terrorista respaldado por Irán".

Asímismo, informa que ordenó al secretario de Defensa que "mejorara aún más la postura de defensa de las fuerzas militares estadounidenses en Medio Oriente, para disuadir una agresión y reducir el riesgo de una guerra regional más amplia".

A si vez, la vicepresidenta estadonidense y candidata a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Kamala Harriis, que el asesinado lider de Hezbolá era *un terrorista con sangre estadounidense en sus manos", y preciso que "por décadas, su liderazgo de Hezbolá desestabilizó Medio Oriente y provocó la muerte de innumerables personas inocentes en Líbano, Israel, Siria y todo el mundo".

Agrego que tiene "un compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel. Siempre apoyaré el derecho de Israel a defenderse de Irán y de los grupos terroristas respaldados por Irán, como Hezbolá, Hamás y los hutíes".

El problema es que ese derecho a defenderse a provocado la muerte de más de 42 mil personas en Gaza, Libano y Yemen. Para Estados Unidos, esto es defensa

El premier judío, Benjamin Netanyahu señaló que "la eliminación de Nasrallah es una condición necesaria para alcanzar los objetivos que nos hemos fijado". Es decir, "devolver a los residentes del norte sanos y salvos a sus hogares y cambiar el equilibrio de poder en la región a lo largo de los años".

Netanyahu, señalado por la Corte Penal Internacional como posible criminal de guerra, lo que lo coloca al nivel del desaparecido líder de Hezbolá, agregó que el ataque fue "un ajuste de cuentas con los responsables del asesinato de innumerables israelíes y de muchos ciudadanos de otros países".

Por otro lado, el Departamento de Estado norteamericano ordenó a familiares de sus diplomáticos en Beirut abandonar la capital libanesa y autorizó la salida de parte del personal, argumentando "a volátil e impredecible situación de seguridad" en la ciudad.

De igual manera, la oficina de Anthony Blinken instó a los ciudadanos estadounidenses a salir del Líbano, "mientras las opciones comerciales aún estén disponibles".

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó a Israel de genocidio en Líbano y denunció lo que llamó "ataques brutales" contra el movimiento islamista libanés Hezbolá que costaron la vida a cientos de civiles.

En su cuenta de X, Erdogan dijo que "Líbano y el pueblo libanés son el nuevo objetivo de la política de genocidio, ocupación e invasión llevada a cabo por Israel desde el 7 de octubre".

Sostuvo además que a causa de los ataques brutales de Israel, muchos libaneses, entre ellos niños, han sido asesinados desde hace una semana. Nadie que tenga conciencia puede aceptar, disculpar o justificar una masacre así", añadió el mandatario turco.

Rusia condenó el asesinato del líder de Hezbolá, y lo calificó como "el último asesinato político llevado a cabo por Israel".