
Estudios van y vienen sobre las dietas y sus propiedades, y ahora, un grupo de científicos encontró que la dieta mediterránea reduce el riesgo de muerte prematura. Esta consiste en frutas, verduras, cereales integrales y pescado, misma que se relaciona desde hace tiempo con la mejora de la salud.
Expertos de la Universidad Autónoma de Madrid y colegas de la escuela de salud pública de la Universidad de Harward, utilizaron información de 110 mil 799 personas en el Reino Unido e identificó aspectos específicos de la dieta, la socialización y el descanso.
Quienes obtuvieron una clasificación más alta para adherirse a un estilo de vida mediterráneo tenían un riesgo de 29% menor de mortalidad por todas las causas y de 28% menor de mortalidad por cáncer en promedio, en comparación con aquellos cuyos hábitos diarios eran menos parecidos a los mediterráneos.
Para los investigadores, es posible que las poblaciones no mediterráneas adopten tal dieta utilizando productos disponibles localmente y adopten el estilo de vida correspondiente en general dentro de sus propios contextos culturales. Además, señalan por qué tal estilo de vida, junto con los niveles de descanso y socialización, deberían practicarlo los habitantes de otras regiones del mundo.
Los científicos apuntan que las formas de vida deben adaptarse de un país a otro, según el clima, los alimentos locales, las costumbres, etc., pero que los principios de los pueblos mediterráneos parecen tener efectos que mejoran la salud.
Los cuestionarios de los participantes se utilizaron para evaluar la dieta, estilo de vida, y las personas informaron sobre lo que tendían a comer y hacer en el día a día. En realidad, fue la actividad física, el descanso y los hábitos sociales y de convivencia los que tuvieron el mayor efecto sobre el riesgo de mortalidad.
"Los comportamientos modificables, como la dieta, la actividad física o el consumo de alcohol, desempeñan un papel clave en la prevención de múltiples enfermedades no transmisibles y muertes prematuras", escriben los investigadores en su artículo.
Los científicos aún están deliberando sobre las siestas, puesto que en esta investigación, tomar siestas regulares aumentó el riesgo de una muerte prematura. La siesta es difícil de evaluar en términos de duración, hora del día, etc., y a los investigadores les gustaría descubrir más datos relevantes en esta área.
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