Dieta antiinflamatoria es una gran opción de nuestros tiempos
- bambarito59
- 13 jul 2023
- 4 Min. de lectura

Cuando pensamos en perder peso, lo primero que nos llega a la mente son las dietas. Pero algunas como las dietas antiinflamatorias, están pensadas en ayudar a reducir los niveles de inflamación que en algunos casos pueden causar estragos silenciosos en nuestro cuerpo, si no se controlan.
Para la doctora Karla Saint Andre, endocrinóloga del Hospital Houston Methodist, y según estudios, "las personas que llevan una dieta antiinflamatoria tienen un menor riesgo ante muchas afecciones crónicas de salud, incluidas enfermedades cardíacas". "Estas dietas también pueden ayudar a controlar y mejorar la diabetes, la artritis, la psoriasis, el asma, la enfermedad del hígado graso, el síndrome de ovario poliquístico, y algunas otras condiciones como el dolor en articulaciones", dice.
Para valorar los beneficios de una dieta antiinflamatoria, es útil comprender por qué, y cuándo la inflamación puede ocasionar problemas en el organismo y cómo ciertos hábitos alimenticios contrarrestan esto. La inflamación no siempre es mala. Es parte de la defensa natural del cuerpo contra cosas que perjudican la salud como bacterias, virus y parásitos causantes de enfermedades.
Pero cuando persiste, puede conllevar a varios problemas, y Saint Andre indica que "en sí, la inflamación crónica es cuando tu cuerpo está en un estado prolongado de estrés". Por una u otra razón, estás produciendo más sustancias proinflamatorias que antiinflamatorias. Este desequilibrio conduce a la inflamación en todo el cuerpo".
Esto es dañino. La inflamación crónica está relacionada con presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca, artritis, demencia, depresión, ciertos tipos de cáncer, enfermedad hepática y nefropatía
Para empezar: las condiciones que causen hiperactividad en el sistema inmunológico. Y aunque no lo creas, tu dieta puede ser un detonante de inflamación. De hecho, lo que comes, según la cantidad, pudiese arriesgarte, más de lo que crees, ante la inflamación crónica de bajo grado. Por ello, la Dra. Saint Andre y otros expertos en salud recomiendan optar por alimentos anti inflamatorios para tu dieta, tengas o no problemas de salud preexistentes.
El término "antiinflamatorio" significa reducir la inflamación. Entonces, una dieta antiinflamatoria se basa en alimentos que combaten la inflamación y limitar aquellos que la causan. Los alimentos antiinflamatorios incluyen verduras, frutas, grasas saludables como aceite de oliva, cereales integrales, fuentes de proteínas magras, frutos secos y semillas y hierbas y especias
Si esta lista te hace pensar en algo similar a una dieta vegetariana, estás en lo correcto. De hecho, una de las mejores dietas antiinflamatorias es la mediterránea, y se basa en plantas. Para Saint Andre, “la dieta mediterránea es pesada en plantas, granos integrales y alimentos frescos no procesados. Estudios muestran que esta dieta reduce el riesgo de enfermedad cardíaca. Se cree que esto se debe, en gran medida, a ese equilibrio de pocos alimentos inflamatorios y muchos antiinflamatorios".
La dieta mediterránea limita en gran medida la carne, en comparación con la dieta estadounidense estándar. Además, las proteínas principales en la dieta mediterránea contienen menos grasas saturadas y más grasas omega-3, como el salmón, las sardinas y ciertos atunes. A esa lista de alimentos antiinflamatorios le falta una categoría común: alimentos envasados y procesados. "Para que una dieta antiinflamatoria sea efectiva y realista, mi regla general es que sea 80% compuesta por los alimentos naturales enteros", aclara la Dra. Saint Andre. "El otro 20% puede ser los alimentos procesados como máximo.
Esta dieta viene con ventajas que van desde promover un intestino, sistema inmunológico y peso saludables hasta mejorar el sueño y la salud mental. Los beneficios de una dieta antiinflamatoria también disminuyen el riesgo de varias condiciones de salud y mejoran el control de muchas otras.
Los alimentos a evitar en una dieta antiinflamatoria incluyen carnes rojas, carne procesada, incluyendo tocino, perros calientes y fiambres, granos refinados, incluyendo pan blanco, arroz blanco y pasta blanca, así como cereales para el desayuno, bocadillos incluyendo papas fritas, galletas, galletas saladas y pasteles, refrescos altos en azúcar y otras bebidas endulzadas, alimentos fritos, incluida la comida rápida, cantidades excesivas de alcohol, alimentos que contienen lácteos o gluten, cuando se es intolerante a estos.
Son productos con gran capacidad de conducir fácilmente al aumento de peso• Son alimentos con una naturaleza procesada y alterada La mayoría son densos en calorías, pero pobres en nutrimentos; son altos en calorías vacías que no van a nutrirnos. Muchas veces, no son nutritivos en absoluto. "Mientras subimos de peso, aumenta también la cantidad de grasa visceral en nuestro cuerpo", advierte la Dra. Saint Andre que, "la grasa visceral es tóxica. Es muy mala".
Probablemente conozcas la grasa visceral como esa grasa que se acumula en el vientre y es difícil de perder. Se localiza profundamente en la cintura, dentro de la cavidad abdominal. "La grasa visceral no solo se queda allí. Estas células son biológicamente activas, secretando hormonas y otras sustancias que pueden activar un estado de inflamación", dice la Dra. Saint Andre. "Este tipo de grasa también puede depositarse dentro y entre los órganos como el páncreas, el hígado, los intestinos y otros. Cuando esto sucede, la inflamación desencadena disfunción en estos órganos, contribuyendo a problemas como la deficiencia de insulina y, eventualmente, la diabetes tipo 2".
Los aditivos que se encuentran en los alimentos procesados también pueden conducir más directamente a la inflamación. A los productos procesados se agregan a menudo grandes cantidades de sal, azúcar refinada y grasas saturadas, sin mencionar los conservadores, de los que aún no sabemos mucho. Esto es crítico porque nuestros cuerpos no están acostumbrados a lidiar con productos artificiales y elementos agregados, especialmente en las cantidades en que los consumimos. A niveles tan altos, azúcares añadidos, grasas saturadas, sal y conservadores desencadenan la producción de sustancias proinflamatorias que contribuyen a una inflamación crónica.
Un estilo de vida antiinflamatorio beneficia a todos, y los hábitos alimenticios antiinflamatorios, en particular, son apropiados para casi cualquier persona", dice la Dra. Saint Andre. "La única excepción es para las personas con ciertas condiciones de salud, como una afección gastrointestinal que impida comer altas cantidades de fibra; o como es el caso de la gastroparesia, o hipercolesterolemia familiar, en donde las grasas, incluso las saludables, deben ser limitadas".
"Recomiendo una dieta antiinflamatoria a todos mis pacientes que viven con diabetes, a menos que tengan una de las condiciones mencionadas anteriormente. También se las pido a las personas con enfermedades cardíacas, diabetes, artritis, psoriasis, asma, enfermedad del hígado graso, síndrome de ovario poliquístico, dolor en las articulaciones, entre otros”, finaliza la especialista del Hospital Houston Methodist.
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