Muestras de cerebro humano recogidas en autopsias a principios de este año, contenían el doble de partículas diminutas que las muestras recogidas hace 8 años, según un estudio publicado por científicos de la Universidad estadounidense de Nuevo México
Esto ha hecho que los expertos levanten la voz de alarma ante el creciente número de partículas microscópicas de plástico que penetran en el cuerpo humano, incluidos en órganos críticos.
Como sabemos, millones de toneladas de plástico se suman cada año a la naturaleza, se descomponen y esparcen por el suelo, el agua y el aire, llegando hasta organismos vivos. El
material, sobre todo partículas denominadas microplásticos, se ubican no solo en nuestro entorno, sino dentro del organismo humano.
Lo mismo aparecen en el corazón, que en la placenta, los testículos, leche materna y en la sangre, por citar algunos ejemplos..
La exposición a la luz solar hace que la superficie del plástico se vuelva quebradiza y se liberen partículas al medio ambiente. La ONU advierte que, al ser ingeridos por organismos de la vida marina, como aves, peces y plantas, los microplásticos les provocan efectos tanto tóxicos como mecánicos y problemas de ingesta de alimentos, asfixia o cambios de comportamiento y alteraciones genéticas.
Otras fuentes que originan microplásticos y nanoplásticos (partículas de hasta menos de una milésima de milímetro) son el lavado de ropa sintética, los filtros de cigarrillos, la fricción de los neumáticos, los cosméticos y el consumo de los productos que contienen tales partículas.
Los expertos midieron la concentración de microplásticos en 51 muestras de hígado, riñón y cerebro recogidas de hombres y mujeres fallecidos entre 2016 y 2024 y todas contenían micropartículas de plástico, pero en los últimos 8 años, la concentración de sustancias nocivas en los órganos ha aumentado bastante, sobre todo en el cerebro.
Los plásticos se utilizan en la mayoría de los tejidos sintéticos, envases y materiales de embalaje, construcción de edificios y vehículos de motor, haciéndose indispensables en la vida moderna.
Según la la definición de la Organización Panamericana de la Salud, los microplásticos son diminutas partículas de plástico, no mayores de 5 milímetros, compuestas de polímeros y aditivos potencialmente tóxicos, que acaban desembocando en los océanos debido a la descomposición de los residuos plásticos marinos, las escorrentías o las fugas de las fábricas, entre otras fuentes.
El autor principal del estudio, Matthew Campen, profesor de ciencias farmacéuticas de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, indicó que "las concentraciones que observamos en el tejido cerebral de individuos normales, que tenían una edad media de unos 45 o 50 años, eran de 4.800 microgramos por gramo, o un 0,5 % en peso".
Resaltó que "en comparación con muestras de cerebro de autopsias de 2016, eso es aproximadamente un 50% más alto".
"Eso significaría que nuestros cerebros actuales son un 99,5% cerebro y el resto es plástico." Según el estudio, las muestras de cerebro tenían entre un 7% y un 30% más de diminutos fragmentos de plástico que otros órganos; el polímero predominante en todos los tejidos era el polietileno, aseguró .
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