Desde la carcel iraní en la que se encuentra, la activista Narges Mohammadi expresó a través de sus hijos durante la entrega del premio Nobel de la Paz, que se requiere de apoyo internacional para acabar con un régimen de Teheran, que afirma, está "en su nivel más bajo de legitimidad y respaldo popular"
.
Mohammadi ha protestado en varias ocasiones contra la pena de muerte y el uso obligatorio de velo para las mujeres, está presa desde 2021, y fue en el ayuntamiento de Oslo, donde sus hijos recibieron este 19 de diciembre el galardón a nombre de ella.
Mohammadi afirmo en un discurso escrito desde la cárcel de Evin en Teherán, y leído por deseo de ella por Kiana y Ali Rahmani, sus 2hijos gemelos de 17 años, que "la juventud de Irán ha transformado hoy las calles y los espacios públicos en un escenario de resistencia civil generalizada".
"La resistencia está viva y la lucha perdura", dijo Mohammadi, de 51 años de edad, quien anunció el inicio de una nueva huelga de hambre en apoyo a la minoría religiosa bahaí, que es perseguida en su país.
En su ausencia, un asiento quedó simbólicamente vacío, y en el mismo fue colocado un retrato suyo.
La galardonada añadió en su mensaje que es una mujer de Medio Oriente, "de una región que, aunque es heredera de una rica civilización, se encuentra actualmente atrapada en la guerra y presa de las llamas del terrorismo y el extremismo".
"Soy una mujer iraní que se siente orgullosa y honrada de contribuir a esta civilización, que hoy es víctima de la opresión de un régimen religioso tiránico y misógino", finalizó.
En su discurso previo a la entrega del premio, la presidenta del Comité Nobel noruego, Berit Reiss-Andersen, aseguró en ceremonia presidida por los reyes Harald V y Sonia que "el Nobel de la Paz de este año reconoce a todas las mujeres valientes de Irán, y de todo el mundo, que luchan por derechos humanos básicos y por poner fin a la discriminación y segregación de las mujeres"
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