
La congelación de la financiación estadounidense está impactando la respuesta a la enfermedad en al menos 55 países, según el último informe de ONUSIDA.
La agencia dice que la congelación ha tenido un “impacto crítico “en varios países de América Latina y el Caribe. Más de 20 países de la región dependen de estos fondos para brindar servicios de tratamiento, prevención y atención del VIH.
Por ejemplo, en Colombia y Perú, ha afectado gravemente a los migrantes y refugiados, que se estima que tienen una prevalencia del VIH dos veces superior a la de la población general.
En la República Dominicana, aunque el gobierno garantiza el acceso al tratamiento antirretroviral, la pausa en la financiación del Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR), ha dejado a miles de personas sin acceso a servicios esenciales.
Haití ha visto un impacto significativo ya que el PEPFAR cubre alrededor del 60% de la respuesta nacional al VIH.
En Jamaica, el 70% de los recursos para el VIH provienen de fuentes externas, y el PEPFAR cubre alrededor del 50% de los servicios.
América Latina es una de las tres regiones del mundo donde las nuevas infecciones por VIH han aumentado desde 2010, con un alza del 9%, lo que pone de relieve la urgencia de abordar estas disrupciones. (Naciones Unidas).
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