Cinismo: presidente de Ecuador dice que asaltar la Embajada de México "siempre" estuvo en su cabeza

Cuando existe poco respeto por acatar las leyes, en este caso las internacionales, se dan casos como los del presidente de Ecuador.

Daniel Noboa habría dicho al diario The New Yorker Thoras después de haber atacado con elementos armados a la Embajada de México en Quito el pasado 5 de abril, que ya tenía en su cabeza desde había meses entrar por la fuerza en la sede diplomática mexicana y violar todas las leyes internacionales que protegen los recintos diplomáticos.

El mandatario sudamericano iba por el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien estaba en esa sede diplomática mexicana bajo condición de asilo y protegido por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, siendo la embajada una extensión territorial de un país.

El abusivo presidente ecuatoriano afirmó que "la opción de ingresar a la embajada siempre estuvo en mi cabeza durante los últimos meses", en una entrevista que apenas fue publicada el 17 de junio, 2 meses y medio después de los hechos.

En la entrevista con el periodista Jon Lee Anderson en el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano, Noboa, quien por cierto, tiene un vocero que trabajó como analista de la cadena norteamericana CNN en español, comentó que la fiscal general de su país, Diana Salazar,  escuchó de testigos entrevistados por el caso Metástasis, que Glas, presuntamente lideraba un plan para socavar su Gobierno.

Noboa quiso justificar su decisión que tiene ya costos internacionales, porque asegura que Glas "es una figura muy oscura", y era una persona que los carteles de la droga debían contactar para sacar su mercancía, junto con el exministro de Interior, José Serrano, quien ahora vive en Florida) y que ha calificado esas acusaciones como "infundadas".

El presidente no ha presentado hasta ahora una sola prueba de estas acusaciones, y se valió de personal armado para atacar la sede diplomática de México en donde fue agredido personal de la embajada

Según Noboa, el ataque a la Embajada mexicana fue una victoria porque, “si Glas se hubiera escapado, habríamos perdido el referéndum, porque nos habría hecho parecer débiles". En otras palabras, violar leyes internacionales lo fortalece, y añadió que si permitía que Glas estuviera fuera de la cárcel, se convertiría en un hombre con poder.