El nombre de Charles Francis Richter es uno de los más reconocidos en la historia de la sismología. y hoy se cumple el aniversario número 123 de su natalicio, en la ciudad estadounidense de Hamilton, Ohio, el 26 de abril de 1900
Desde pequeño, Charles vivió con su abuelo materno pues sus padres eran divorciados, y se mudó a Los Ángeles en la segunda década del siglo XX donde llegó a cursar hasta preparatoria y su primer año en la universidad, ya que se trasladaría a la Universidad de Stanford, donde obtuvo la licenciatura en física apenas a la edad de 20 años…todo un cerebrito, pues.
En 1918 empezó a trabajar en su doctorado en Física teórica en el Instituto de Tecnología de California; antes de terminar recibió una oferta para trabajar en el Carnegie Institute de Washington. Después regresó a California, zona que lo apasionó por la actividad sísmica por la falla de San Andrés, y en 1928 recibió su título. en física teórica en el Instituto de tecnología de California.
Empezó a interesarse por la sismología y trabajó en el Laboratorio de Sismología de Pasadena, bajo la dirección de Beno Gutenberg. En 1920 consigue su doctorado en Física Teórica, pero por vivir en una zona sísmica, comenzó a interesarse por la geología. Fue ahí donde comenzó a obsesionarse con descubrir lo que hasta en ese tiempo era un misterio: cómo medir un sismo desde su epicentro.
En ese tiempo la única escala sismológica era la desarrollada en 1902 por el sacerdote y geólogo italiano Giuseppe Mercalli, en donde los terremotos se clasifican del 1 al 12, dependiendo de cómo respondían las estructuras y la gente. El problema era que la escala se basaba en medidas subjetivas de lo bien que un edificio puede haber sido construido y de cómo reaccionaba la gente.
Además, dejaba de lado un punto importante; el epicentro, y con este la real magnitud del temblor que pudo darse a kilómetros de centros poblados.
La escala desarrollada en 1935 por Richter y Gutenberg, que se hizo conocida sólo por el nombre de Richter, era una medida de la intensidad de un terremoto. Richter utilizó un sismógrafo, instrumento que consiste en un rollo de papel anclado a un lugar fijo y un péndulo o imán suspendido que marca el papel que va pasando. La escala tiene en cuenta la distancia del instrumento desde el epicentro, o el punto sobre el terreno que está directamente sobre el origen del terremoto.
Gutenberg sugirió que la escala sea logarítmica, de modo que un terremoto de magnitud 7 sería diez veces más fuerte que un 6, cien veces más fuerte que un 5, y mil veces más fuerte que un 4.
Richter y Gutenberg también trabajaron en la localización y catalogación de grandes terremotos y los utilizaron para estudiar el fondo de la Tierra, escribiendo un manual muy importante en 1954, llamado Sismicidad de la Tierra. Richter escribió otros textos fundamentales de sismología: en 1958 el manual de Sismología elemental, considerado por muchos como su principal contribución en ese campo.
Richter participó también en programas de concientización ciudadana y en cuestiones de seguridad relacionadas con los terremotos, adoptando siempre una postura sensata y tratando de no infundir miedo. Quienes lo conocieron lo describen como un hombre curioso y metódico. También se sabe que él se mofaba de quien presumiese que pudiera “predecir” un temblor.
Charles F. Richter murió en Pasadena, California, Estados Unidos, el 30 de septiembre de 1985, y su muerte dejó un vacío en el mundo sismológico aunque su nombre y su experiencia continuarán usándose siempre, recordándonos cómo la observación de la naturaleza permite en un primer paso cuantificarla y quizás en un tiempo no muy lejano predecir su comportamiento, Richter ya dio el primer paso.
Su legado científico es muy importante hasta nuestros días, y difícilmente perderá vigencia en un planeta que, cuando sufre dolores de cabeza, deja caos y destrucción en aquellas zonas donde existen fallas tectónicas, México incluido.
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