El equipo salvadoreño Alianza Fútbol Club, que fungió como local en el partido del pasado sábado contra el Deportivo Fas en el estadio Cuscatlán de la capital del país centroamericano, fue sancionado por la Federación Salvadoreña de Fútbol a raíz de la estampida que dejó un saldo de 12 personas muertas y más de 100 heridas.
En su resolución, la Federación afirma que "la responsabilidad por los hechos ocurridos en el estadio Cuscatlán le es imputable por ser el equipo local y, por consiguiente, el organizador del encuentro, siendo evidente por el triste desenlace ocurrido que Alianza F.C. no adoptó las medidas conducentes a la prevención de los hechos o lo hizo de forma negligente".
La Comisión Disciplinaria obligará al Alianza a jugar a puerta cerrada los partidos en casa durante un año, que corresponde a los torneos de apertura y clausura de la Federación 2023-2024, salvo que dispute la final en una o ambas competiciones por no existir la condición de local.
Más aún, ha impuesto una multa de 30 mil dólares al equipo capitalino, y el FAS fue declarado ganador del partido de vuelta de cuartos de final con marcador de 0-2, además de que se ha propuesto la inhabilitación de los miembros de la junta directiva y del gerente del Alianza para cualquier actividad relacionada con el fútbol durante un año.
La cédula arbitral señala que un grupo de hinchas del Alianza había botado un portón ubicado en la zona de sol general y que había lesionados, por lo que se detuvo el partido a los 15 minutos de iniciado, y se decidió suspenderlo cuando se supo que había personas fallecidas y otras en condiciones críticas de salud.
La Federación Salvadoreña de Fútbol agrega que las medidas de seguridad y los mecanismos de control de acceso al estadio "fueron evidentemente insuficientes y deficientes", hecho que "no admite objeción alguna" teniendo en cuenta "la pérdida irreparable de vidas de aficionados", por lo que es "imperante atribuir responsabilidades acordes a la gravedad de los eventos ocurridos".
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