La coordinadora humanitaria de la ONU en los Territorios Palestinos Ocupados declaró que el alto el fuego en Gaza es "el único camino a seguir" y "en interés de todos", ya que la guerra amenaza la paz y la seguridad tanto de palestinos como de israelíes y podría afectar durante años a generaciones venideras.
En videoconferencia desde Jerusalén, Lynn Hastings dijo a periodistas en Ginebra que “Israel, como potencia ocupante, es responsable de proteger a la población civil palestina”. Especificó que no solo se trata de dejar pasar los camiones en la frontera entre Egipto y Gaza, “tienen que asegurarse de que las condiciones dentro de Gaza nos permitan tener acceso a todos los que necesiten ayuda”.
Hastings expresó su preocupación por los palestinos que parecen estar siendo detenidos sin un juicio. Además, insistió en que un alto el fuego podría propiciar la liberación de los rehenes tomados por Hamás durante los ataques del 7 de octubre al sur de Israel, y reiteró los llamamientos para que se permita el acceso a los rehenes.
Estas declaraciones se producen tras la abrumadora votación del martes en la Asamblea General a favor de un "alto el fuego humanitario inmediato" y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, así como de "garantizar el acceso humanitario".
Enfatizó que la intensificación de las hostilidades ha empujado a casi la mitad de la población de Gaza, alrededor de un millón de personas, hacia Rafah, en el sur, agravando la grave crisis sanitaria y de hambre.
Se están extendiendo las enfermedades infecciosas, menos de un tercio de los hospitales funcionan, algunos de ellos parcialmente, los refugios hace tiempo que superaron su capacidad y la gran mayoría de la población carece de alimentos y agua suficientes.
Hastings hizo referencia a la información facilitada por el Ministerio de Sanidad en Gaza, que este informó de 360 mil casos de enfermedades infecciosas en los refugios.
También se refirió a los casos de meningitis, ictericia, impétigo, varicela y otras infecciones de las vías respiratorias superiores registrados por la Organización Mundial de la Salud.
La diarrea y la gripe también se están extendiendo entre los desplazados internos de Rafah.
Casi la mitad de la población del norte y un tercio de la del sur sufren "niveles graves de hambre", según una reciente evaluación del Programa Mundial de Alimentos.
Al abordar la cuestión de la seguridad de las instalaciones de la Organización en la Franja, Hastings mencionó la destrucción con explosivos por parte de las fuerzas israelíes de una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Beit Hanoun, en el norte, al parecer este martes, y subrayó que no tenía conocimiento de ninguna justificación para esta medida.
También dijo que a pesar de que la ONU informa repetidamente a las partes en conflicto dónde se encuentran sus instalaciones, 130 de ellas han sido impactadas desde el 7 de octubre, causando víctimas en 62 de esos recintos.
Por otro lado, y el responsable de UNRWA, la Agencia para los Refugiados Palestinos, Philippe Lazzarini, aseveró que la situación en Gaza “es inhumana y el orden civil se está desbaratando”.
Lazzarini, que acaba de visitar la Franja, describió lo que vio como “infernal”, y destacó que a los palestinos se le “acaba el tiempo y las opciones”, al tiempo que advirtió que “no es realista pensar que la gente seguirá siendo resistente ante condiciones inhabitables de tal magnitud”, “especialmente cuando la frontera está tan cerca”.
Los refugiados palestinos, añadió, necesitan una solución justa, no sólo ayuda.
“Hoy se sienten abandonados por la comunidad internacional. Se sienten traicionados cuando el mundo no actúa ante una de las peores catástrofes
humanitarias de nuestro tiempo en Gaza.
Ahora creen que las vidas humanas no son iguales y que los derechos humanos no son universales.
Es un mensaje peligroso y tendrá graves repercusiones”, alertó Lazzarini
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