El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó estupor y horror ante el comentario de un ministro israelí sobre matar de hambre a los gazatíes, condenando en los términos más enérgicos estas palabras, que además incitan al odio contra civiles inocentes.
Asimismo, la Oficina del Alto Comisionado pidió a las autoridades israelíes que vigilen a los funcionarios públicos cuyas declaraciones oficiales sobre el conflicto de Gaza puedan promover crímenes de guerra.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, está “estupefacto y horrorizado” por los comentarios del ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien sugirió que dejar morir de hambre a 2 millones de palestinos en Gaza podría ser “justificado y moral” para liberar a los rehenes, dijo el portavoz de Türk, Jeremy Laurence.
El portavoz explicó que tanto la inanición de civiles como método de guerra, como el castigo colectivo de la población palestina son crímenes de guerra.
“Esta declaración directa y pública corre el riesgo de incitar a otros crímenes atroces. Tales declaraciones, especialmente por parte de funcionarios públicos, deben cesar inmediatamente. Deben ser investigadas y, si se descubre que son constitutivas de delito, deben ser perseguidas y castigadas”, apuntó.
Laurence explicó que se trata de “un llamado inmediato a las autoridades israelíes en el sentido de que es su responsabilidad vigilar este comportamiento”.
“Más allá de eso, vayamos paso a paso. Esa es la primera etapa. Es responsabilidad de los israelíes”, enfatizó.
El portavoz también instó nuevamente a un alto el fuego inmediato en Gaza, a la liberación de todos los rehenes y a aumentar los flujos de ayuda humanitaria a ese territorio asediado.
Mientras tanto, los efectos de la última orden de evacuación en Gaza son “muy visibles”, según palabras de la portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos.
Louise Wateridge habló con Noticias ONU un día después de que el ejército israelí emitiera la directiva, obligando a miles de personas a huir del este y centro de Khan Younis y de la zona de Al Salqa de Deir Al-Balah.
Wateridge estuvo en Khan Younis el jueves por la tarde y observó cómo cientos de familias se dirigían al oeste con temperaturas que superaban los 30 grados centígrados.
“Las escenas eran horribles, es como un éxodo de esta gente una vez más. Llevan todo lo que pueden. No parecen tener muchas pertenencias. Vimos menos vehículos con familias y la mayoría iba a pie”, señaló la portavoz.
El portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Salim Oweis, se refirió a la profundidad del sufrimiento, la destrucción y el desplazamiento generalizado en Gaza.
“La vida de un niño en Gaza no es vida”, sostuvo Owis aludiendo al espanto de no tener zonas seguras, ni alimentos, agua potable, combustible o medicamentos.
El portavoz, que acaba de regresar de una misión a Gaza, destacó ante los periodistas en Ginebra que las imágenes que el mundo ve en la televisión ofrecen una importante visión del infierno que la gente lleva soportando desde hace más de diez meses.
“Pero lo que no muestran del todo es que detrás de los edificios derrumbados se han derrumbado barrios enteros, medios de vida y sueños”, abundó.
Añadió que cuando se ve a una madre desplazada que lleva a su hijo y todas sus pertenencias en la espalda, no se ve a los cientos de personas desarraigadas que la siguen por la carretera.
Owis relató que en esos sitios llama la atención la cantidad de niños rondando y planteando la misma pregunta: “Señor, ¿cuándo terminará la guerra?”.
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