top of page
Laura Meléndez

15 de septiembre: ¿Te has preguntado alguna vez cómo surgió el Grito de Independencia?

El Grito de Dolores es considerado el acto con que dio inicio la guerra mexicana de 1816, en la que según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende, Juan Aldama y otros hicieron a sus feligreses con el fin de desconocer y sublevarse contra la autoridad virreinal de Nueva España en las primeras horas del 16 de septiembre de 1810, para lo cual hizo sonar una de las campanas de la parroquia de Dolores, hoy municipio de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato.

 

No existe documento alguno de participantes o testigos directos en las primeras horas del movimiento independentista, el cual duraría 21 años, pero lo único seguro es que la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo convocó de alguna manera a los habitantes de Dolores y zonas aledañas, a quienes dirigió una arenga, es decir, un discurso, para sumarse a la rebelión.

 

La noche del sábado 15, avisados de que la conspiración en Querétaro había sido descubierta, Hidalgo y otros líderes iniciaron antes el levantamiento contra las autoridades: se dirigieron a la parroquia, donde se tocó la campana ubicada en la torre oriente; los habitantes del pueblo, pensando que se trataba de una emergencia, despertaron y se reunieron en el atrio, donde Hidalgo los convocó a alzarse en armas contra las autoridades españolas, dado que habían abdicado a favor de los franceses.

 

Se considera que este acto constituye el inicio formal de la Guerra de Independencia mexicana, aunque algunos autores afirman que Hidalgo no dio el Grito frente a la puerta principal de la parroquia de Dolores, sino desde uno de los balcones de su casa, ubicada a dos calles al sur, sin reparar que esa edificación no tiene ni tuvo jamás balcones porque sólo tiene una planta. Asimismo, lo que se ha confirmado es que la arenga no se dio en la noche del 15 de septiembre ni durante la madrugada, sino alrededor de las ocho de la mañana del día 16, y que los pobladores de Dolores no acudieron de forma inmediata al llamado, al menos no con la rapidez que atribuye la tradición.

 

La primera vez que se conmemoró el 16 de septiembre fue en un edificio conocido como El Chapitel, en Huichapan, Hidalgo, en 1812, por el general Ignacio López Rayón; los festejos iniciaron al alba con una descarga de artillería y una vuelta general de esquilas. Más tarde José María Morelos, en su manifiesto “Sentimientos de la Nación”, propuso al Congreso de Chilpancingo que en la Constitución en la que por entonces se trabajaba se solemnizara el día 16 de septiembre todos los años, como el aniversario en que se levantó la voz de la Independencia; la medida fue ratificada por los congresos constituyentes de 1822 y 1824.

 

1825 fue el año en el que la fecha se convirtió en fiesta nacional, debido a que las autoridades de la Ciudad de México publicaron un bando en el que se pidió a los ciudadanos iluminar sus casas, ventanas y balcones con cortinas, flámulas y gallardetes. Después se efectuó un desfile que llegó a Palacio Nacional y por la tarde se realizó un paseo en la Alameda y bailes de cuerda, en los que participaron músicos militares. Por la noche hubo fuegos artificiales.

 

La celebración se suspendió en 1847 por la Intervención estadounidense en México, aunque en varios pueblos el Grito fue conmemorado dignamente; durante la Segunda Intervención Francesa en México, de 1862 a 1867, Maximiliano de Habsburgo oficializó la festividad, aunque en 1864 se trasladó a Dolores, donde dio el Grito desde la ventana de la casa de Hidalgo.

 

Aunque existe la versión popular de que Porfirio Díaz decretó adelantar el grito un día para que coincidiera con su onomástico, la primera vez que se conmemoró en 15 de septiembre fue en 1846, con una serenata frente a Palacio Nacional y una velada en la Real y Pontificia Universidad de México. Según el Primer calendario liberal, desde 1852, las ceremonias del día 15 siguieron celebrándose, pues ese año hubo repiques, función patriótica de teatro y salvas de artillería. Incluso Benito Juárez, en plena huida durante la guerra europea, dio un emotivo grito la noche del 15 de septiembre en la hacienda de San Juan de la Noria Pedriceña, en Durango.

 

Aunque se trata de la fecha mayor del calendario cívico mexicano, la ceremonia del grito carece de protocolo oficial; sin embargo, se realiza en medio de un ambiente solemne apegado a las disposiciones legales sobre el uso de los símbolos nacionales, basado en una tradición que se ha afianzado con el paso de las décadas.

 

Para recordar ese hecho, cada año a las 11 de la noche del 15 de septiembre, los titulares del Poder Ejecutivo en los distintos niveles de gobierno, ya sea presidentes municipales, jefes delegacionales, gobernadores y el Presidente de la República, así como los embajadores de las representaciones en el extranjero, portando una bandera nacional, dirigen a la población un discurso, la cual por lo regular incluye las siguientes frases:

 

¡Mexicanos! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Víva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Vivan Aldama y Matamoros! ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!...a ello se suman algunas expresiones que la autoridad que se encarga de “el grito”, estima representan su pensamiento o ideales de su gobierno.

 

Inmediatamente el orador tañe una campana y ondea la bandera. Después, los asistentes cantan solemnemente el Himno Nacional, para dar paso a una verbena popular que incluye fuegos artificiales y música folclórica. Los festejos se completan con un desfile militar la mañana del día siguiente.

 

Era costumbre que los mandatarios dieran el grito correspondiente a su quinto año de gobierno en Dolores, Hidalgo, pero ya no.

 

Desde el mandato de Lázaro Cárdenas, cumplieron con esa costumbre, a excepción de Carlos Salinas de Gortari, quien lo hizo en su sexto año, y Ernesto Zedillo, quien presidió la ceremonia en Palacio Nacional durante todo su sexenio.

 

El único que ha dado el grito en los 2 sitios ha sido Felipe Calderón, quien en 2010, por los festejos del Bicentenario, dio el grito la noche del 15 en el Zócalo capitalino y durante la madrugada del día 16 se trasladó a Dolores, donde repitió la ceremonia a las seis de la mañana.

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
logotipo.png
dias-lluviosos 1.jpg
bottom of page