El lanzamiento de «otro» misil balístico intercontinental (ICBM) por parte de Corea del Norte supone una grave amenaza para la estabilidad regional, advirtió un alto funcionario de asuntos políticos de la ONU, mientras el Consejo de Seguridad discutía las tensiones en la región y fuera de ella.
Así, se desahogó otra sesión de políticos mediocres que no tienen el menor interés y tampoco un poco de inteligencia para asegurarme paz al mundo.
El misil, lanzado el 31 de octubre, voló al parecer durante 1:26 horas, recorrió unos mil kilómetros y alcanzó una altitud de más de 7 mil kilómetros antes de caer al mar.
Corea del Norte «describió este último lanzamiento como una 'prueba muy crucial' que 'actualizaba los registros recientes de su capacidad de misiles estratégicos», dijo Khaled Khiari, subsecretario general para Asia del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU.
Esta última prueba supone el undécimo lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte, desde que anunciara en 2021 un nuevo plan quinquenal de expansión militar.
El compromiso diplomático es vital Khiari señaló que el lanzamiento también planteaba «graves riesgos» para la aviación civil internacional y el tráfico marítimo, con el potencial de incidentes involuntarios, ya que Corea del Norte no había emitido ninguna alerta de seguridad.
«El lanzamiento de otro ICBM por parte de la RPDC es motivo de gran preocupación y representa una grave amenaza para la estabilidad regional,» declaró, señalando que a pesar de las numerosas reuniones del Consejo de Seguridad en 2023 y 2024, el país »no ha hecho caso a los llamamientos para abstenerse de nuevos lanzamientos.»
El Secretario General António Guterres también condenó el lanzamiento del misil, instando al país a distender la situación y cumplir las resoluciones internacionales.
Khiari también expresó su preocupación por las crecientes tensiones en la Península Coreana, advirtiendo que la «persistente búsqueda» de armas nucleares y programas de misiles balísticos por parte de Corea del Norte, en violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, sigue socavando el régimen mundial de desarme nuclear y no proliferación.
Para concluir, Khiari afirmó que la ONU y sus socios están dispuestos a ayudar a la RPDC a atender las necesidades básicas de su población e instó al país a facilitar el pleno regreso de los representantes de la ONU, que dirigen los esfuerzos de entrega de ayuda humanitaria.
El embajador y representante permanente alterno de Estados Unidos, Robert Wood, describió los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte como una «violación directa» de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y cada lanzamiento permite a Pyongyang seguir avanzando en sus programas de armamento.
«Se trata de intentos inaceptables de socavar la paz y la seguridad mundiales y de hacer que todos estemos menos seguros. Este Consejo tiene la responsabilidad de hacer que la RPDC rinda cuentas», afirmó.
No es el mismo discurso de Estados Unidos ante las constantes violaciones de Israel a las leyes internacionales.
Alegó que «la voluntad de Rusia de violar abiertamente las resoluciones de sanciones de este Consejo y de poner en peligro la paz y la seguridad internacionales no tiene límites, ya que Rusia está entrenando ilegalmente a soldados de la RPDC en su territorio».
«Si estas tropas participan en operaciones de combate o de apoyo al combate contra Ucrania, se convertirían en objetivos militares legítimos», señaló.
El embajador de Japón, Yamazaki Kazuyuki, «instó firmemente» a la RPDC a no realizar nuevos lanzamientos, a cumplir inmediata y plenamente todas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, y a entablar la diplomacia y aceptar las reiteradas ofertas de diálogo.
El último ICBM aterrizó a unos 200 kilómetros de la isla japonesa de Hokkaido, y fue «más amenazador que nunca» debido a su trayectoria y tiempo de vuelo, dijo.
El embajador Yamazaki afirmó que el aumento de la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte supone una gran preocupación para la comunidad internacional.
Joonkook Hwang, embajador y representante permanente de la República de Corea, recordó la reunión del Consejo de Seguridad de la semana pasada y el caso omiso que hizo Pyongyang de los «repetidos llamamientos» a la moderación.
«Corea del Norte lanzó otro misil balístico intercontinental justo después de nuestra reunión del miércoles pasado», dijo, y añadió: «su intención podría ser distraer la atención del mundo de sus tropas en Rusia, mostrarse más grande que la vida o ganar influencia diplomática en medio de las elecciones presidenciales estadounidenses».
También advirtió de los retos a los que se enfrenta el Tratado de No Proliferación Nuclear «Una vez que el régimen del TNP comience a erosionarse y finalmente se derrumbe, será extremadamente difícil restaurarlo», afirmó.
El embajador chino, Fu Cong, afirmó que la situación actual en la península coreana «sigue siendo tensa», con un creciente antagonismo que no beneficia a ninguna de las partes.
Añadió que EE.UU., aunque afirma que pretende mantener el régimen internacional de no proliferación y desnuclearizar la Península, «ha seguido aumentando el despliegue de sus fuerzas estratégicas (...) e incluso ha transferido uranio altamente enriquecido apto para armamento a un Estado no poseedor de armas nucleares en el marco de cooperación de submarinos nucleares AUKUS».
«Estos movimientos equivalen a empujar la amenaza a las puertas de China y otros países de la región, poniendo en grave peligro la seguridad regional y alterando el equilibrio estratégico de seguridad», afirmó.
Anna Evstigneeva, embajadora y representante permanente adjunta de Rusia, afirmó que el «Occidente colectivo está utilizando metódicamente» el Consejo de Seguridad para presentar a Pyongyang como responsable del deterioro de la situación en la península.
Dijo que sería «interesante» escuchar a los que solicitaron la reunión si siquiera una de estas reuniones ha tenido algún impacto en la resolución de los problemas de la Península, o si han hecho siquiera una propuesta constructiva o iniciado el diálogo.
Song Kim, embajador y representante permanente de Corea del Norte, afirmó que la prueba de misiles realizada el 31 de octubre por su país, dentro del área que rodea la península coreana, no tuvo «el más mínimo» impacto en la seguridad de los países vecinos.
Afirmó que la presente reunión del Consejo de Seguridad, convocada a petición de EE.UU., es contraria al espíritu de la Carta de la ONU de soberanía de los Estados y no injerencia en los asuntos internos. También es un ejemplo de «doble rasero extremo».
«Al igual que todas las pruebas de armas estratégicas que hemos realizado hasta ahora, el lanzamiento de prueba del misil balístico intercontinental Hwasong-19 es un ejercicio del derecho justo y legítimo a la autodefensa para salvaguardar de forma fiable la seguridad de nuestro Estado, así como la paz de la región implicada, contra la escalada de temerarias amenazas de guerra nuclear de fuerzas hostiles», añadió.
En otras palabras, otra reunión del Consejo de Seguridad con una generación de políticos irresponsables, incapaces y hasta cínicos, que condenan las acciones de otros justificando las suyas.
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